Discernir cuándo hay riesgo de que el significado de la frase sea ambiguo o de que pueda dar lugar a confusión obliga, en ocasiones, a repasar y darle varias vueltas, por lo que muchos, como yo mismo, somos de la opinión de aprovechar los "beneficios" de la tilde en el castellano y, directamente, usarla, del mismo modo que puede hacerse con "este" y "éste", "aquel" y "aquél", etc.
Únicamente, a modo de pataleo, porque la cosa ya parece decidida (desaparece la palabra "sólo"), proponer unas frases, bien construidas, para comprobar si realmente ha sido un acierto la decisión de la RAE (tan excesivamente lenta y anacrónica en otras ocasiones):
- Estaré solo hasta el miércoles
- Me gusta desayunar café solo
- Era capaz de vencer solo; no tenía otra alternativa
- Sé cocinar solo una tortilla de patata
- Ayer, tuve sexo solo durante casi 8 horas